Korgenevskaya 7.105 m (Pamir)

El pasado 11 de agosto de 2000, los alpinistas Diego Moreno, Francisco Carmona y Josep Cabo de la U.E.C de Cornellà coronaron un nuevo sietemil. Concretamente el Pico Korgenevskaya de 7.105 m, situado en la cordillera del Pamir, en la República del Tadhikistan, haciendo frontera con Kirguistan, China y Afganistán.

La expedición partió el 25 de julio, con el objetivo de coronar dos sietemiles, el Comunismo de 7.495 m y el Korgenevskaya, pero las inclemencias meteorológicas (grandes nevadas y multitud de avalanchas) y el breve tiempo existente para recuperarse después de coronar el primero, tres días, impidieron coronar el segundo objetivo. Este es el segundo sietemil que consiguen de los cinco que forman esta cordillera. En el año 97 ascendieron el Pico Lenin de 7.134 m.

Durante los 32 días que duró la expedición, coronaron aparte del Korge, otros tres picos más: Voriev de 5.800 m, Chetirek de 6.300 m y otra cumbre de 5.900 m.

El Korgenevskaya es una montaña bastante más técnica que nuestro anterior objetivo, el Pico Lenin. El campo base está situado a 4.300 m, desde donde iniciamos nuestra ascensión hasta el campo 1 a 5.100 m. Apartir de aquí comienzan las dificultades técnicas, un glaciar colgante, que había que escalar con unas paredes de hielo de hasta 70º. Llegamos al C2 a 5.800 m. Desde este campo iniciamos una  travesía en roca que nos obligó a realizar unos 20 largos de cuerda algo expuestos, debido a las incesantes nevadas y el peligro de avalanchas que originaban estas.  Alcanzamos el C3 a 6.300 m, después de comenzar la interminable arista que llevaba a la cumbre, con diferentes tramos de dificultad en mixto (roca y hielo). Después de pasar una nueva  noche nevando, amaneció despejado. A las 6,00h AM  iniciamos la marcha hacia la cumbre, teniendo que abrir una agotadora huella que nos obligaba a descansar cada 10 o 20 pasos, debido a la fuerte pendiente y la falta de oxigeno. Después de 8 h y mucha fatiga, alcanzamos la cumbre. El intenso color azul del cielo contrastaba con el blanco de las montañas y el paisaje era impresionante, un mar de glaciares y picos definía el infinito horizonte. 

El descenso lo realizamos poco a poco y con mucha atención, debido a la delgada arista por la que teníamos que bajar. La niebla hizo su presencia y llegamos al C3 a las 17,30 PM sin más problemas que el cansancio físico. Al día siguiente descendimos hasta el C.Base, no sin descuidar la continua caída de piedras que nos abordo mientras rapelabamos por el glaciar. 

Diego Moreno, Josep Cabo y Francisco Carmona










































































































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